El cuerpo humano, es una máquina perfectamente diseñada. Más de una vez hemos escuchado una afirmación parecida a esta. Entonces, ¿porqué a veces ese dolor de cabeza, ese lumbago o cada vez que como pan me inflo como un globo? Es posible, a mi entender, que no sepamos interpretar correctamente las señales que nos da nuestro cuerpo en forma de síntomas o que directamente, no lo observemos en la dirección adecuada. Y ¿cómo sé dónde tengo que enfocar mi mirada?
Según la Real academia de la lengua española, cuerpo lo define como aquello que tiene extensión limitada, perceptible por los sentidos; y/o conjunto de los sistemas orgánicos que constituyen un ser vivo. Así que, no parece que se defina el cuerpo humano más allá de algo físico que cumple unas funciones orgánicas. Ya sabemos científicamente el impacto y efecto en la salud física y mental del impacto por ejemplo a nivel emocional, o de la afectación de nuestro campo electromagnético. Por qué entonces no se amplía el concepto de cuerpo humano con una definición que abarque un todo. Un concepto holístico. De hecho, se debería replantear la definición de cualquier ser vivo.
El holismo se define como la doctrina que propugna la concepción de cada realidad como un todo distinto de la suma de las partes que lo componen.
Comprendiendo el cuerpo humano holísticamente, es decir, como un todo de la suma de las partes que lo componen, podemos clasificarlo de la siguiente forma:
- Campo estructural-miofascial
- Campo emocional
- Campo energético
- Campo bioquímico
Un factor esencial es comprender que todos los campos se interrelacionan en todo momento. La dificultad se encuentra en discernir en qué medida hay más afectación de un campo u otro en una disfunción o en una patología. Es decir, siempre habrá una afectación en menor o mayor grado al resto de campos. Por lo tanto, no podré sufrir una lumbalgia sin que afecte mi campo químico, energético y emocional.
Llegados a este punto, entendiendo el cuerpo humano holísticamente su tratamiento también debe abordar todos esos campos, o por lo menos tenerlos en cuenta. La kinesiologia holística es una buena herramienta ( pero no la única) que permite al terapeuta diagnosticar y observar qué campo está afectado en mayor medida, y por tanto poder realizar el tratamiento correspondiente.
D.Z.